lunes, 19 de enero de 2015

Una Muestra Imposible













El éxito de la exposición de Leonardo, Rafael, Caravaggio: Una Muestra Imposible, ideada y dirigida por Renato Parascandolo, comienza a ser evidente con los 9 mil 463 espectadores que ha asisitido desde su estreno.

A través de un comunicado, el Conaculta dijo: “Tan solo en su apertura, el jueves 15, acudieron 3 mil 875 visitantes. Un día después, fue vista por 915 personas. Mientras que el sábado 17 registró 2 mil 138 asistentes y ayer convocó a 2 mil 535 espectadores”.













La exposición estará vigente hasta el 15 de abril del 2015 y pueden visitarla de lunes a domingo, de 9:00 a 19:00 hrs, en las galerías Central, Espacio Alternativo, Juan Soriano y Galería de Arte Binario A/B, de las instalaciones del CENART.

Las obras de arte en la era de la reproducción digital
En una muestra dedicada a un gran artista es factible presentar solamente una selección limitada de sus obras. Por ejemplo, si se trata de Michelangelo Merisi da Caravaggio, es prácticamente imposible pensar en exhibir, sin exclusión alguna, toda su pintura.

En este contexto es aún más impensable una muestra que exponga en un solo lugar, además de la obra completa de Michelangelo Merisi, todas las pinturas de Leonardo y casi todas las de Rafael; obras maestras diseminadas, como es bien conocido, en varias decenas de museos, iglesias y espacios particulares de varios continentes.

En el Centro Nacional de las Artes, a partir de enero de 2015 y por un espacio de tres meses, se podrá asistir a esta especie de prodigio: "una muestra imposible" que presentará 57 pinturas y frescos de estos tres grandes artistas, reproducidos rigurosamente en escala 1:1 y en alta resolución.

La idea de la presentación de las "muestras imposibles" nace a partir de una reflexión sobre la crisis que afecta a los museos de todo el mundo y a la consideración de que, en la época de la reproducción digital de la obra de arte, ésta pueda ser considerada una fiel representante del original.

Si tomamos en cuenta los costos económicos que las grandes exposiciones implican, se considera que una difusión masiva de la obra de arte puede ser garantizada exclusivamente a través de las reproducciones; una idea de democracia cultural que tendría en Paul Valéry, Walter Benjamin y André Malraux a sus precursores. No es casual que los jóvenes, estudiantes y población general que no frecuentan habitualmente los museos, han sido el público asiduo de las 20 "muestras imposibles" presentadas hasta la fecha.

Por otro lado, la realización de las grandes exhibiciones es cada vez más difícil debido a la reticencia de los directores de museos a otorgar el préstamo de las obras, si no se garantizan sumas exorbitantes por concepto de seguros, así como las medidas especiales de seguridad, inevitables cuando se trata de obras de valor incalculable.

De esta forma, el proyecto de las "muestras imposibles" nace de estas premisas, así como de la conveniencia que un uso riguroso y creativo ofrece la técnica de reproducción digital, la cual permite ubicar al espectador virtualmente frente a la obra de arte original.

A partir del año 2003 la Rai ha presentado numerosas exposiciones monográficas en varias ciudades italianas (Nápoles, Roma, Milán y Turín, por mencionar algunas), así como en Chicago, Estados Unidos y Valeta, en Malta.

De manera global, el público asistente a estas muestras asciende a varios cientos de miles. La originalidad de esta edición de la muestra en el Centro Nacional de las Artes, que la vuelve aún más "imposible", es el número de obras expuestas: 29 de Caravaggio, 20 de Rafael (incluido el fresco La escuela de Atenas) y 8 de Leonardo (incluida La última cena).

A diferencia de un cuadro virtual, que nos envía a un cuadro real, la muestra imposible que se presenta, al no tener un equivalente en la realidad, es ella misma un original, un hecho singular porque es reproducible al igual que una película.

La novedad que las muestras imposibles introducen es la de consentir que una multitud de visitantes puedan admirar, hic et nunc (aquí y ahora), una al lado de otra, no algunas sino todas las obras de un autor, incluidas aquellas que simplemente no son transportables, como los grandes frescos. Ubicando de manera contigua obras que en realidad están distantes por miles de kilómetros se puede cumplir "la imperiosa exigencia de apoderarse del objeto a una distancia lo más próxima posible en la imagen, o mejor dicho, en la efigie, en la reproducción", según palabras de Benjamin.

Siendo imposible hoy, y no habiendo existido nunca en el pasado (pues ni los mismos artistas pudieron admirar reunidas todas sus obras), las muestras imposibles que exhiben el corpus completo adquieren un estatus particular de unicidad.

La emoción que despierta observar la obra íntegra de un pintor y la sorpresa que esto motiva en los visitantes de estas muestras, sólo posibles en teoría -pero en realidad impensables- inducen a creer que la experiencia estética tiene algo que ver con el aura de la que nos hablaba Benjamin.

Numerosos historiadores del arte se han expresado a favor de este proyecto, pero el más convencido promotor de la finalidad didáctica de las "muestras imposibles" es Ferdinando Bologna, uno de los discípulos más autorizados de Roberto Longhi, a quien se debe, entre otras cosas, el reordenamiento del Museo Capo di Monte, a mediados del siglo pasado.

El profesor Bologna ha sido el director científico de casi todas las "muestras imposibles" realizadas hasta ahora, desde aquella de 2003, presentada en el Castillo Sant'Elmo de Nápoles. En esa ocasión el profesor Bologna expresó: "Esta nueva generación de reproducciones de arte de altísima definición, y en tamaño natural, brinda la posibilidad de una aproximación a los originales que los originales mismos, en las condiciones en las que normalmente se encuentran, no lo permiten.

"Desde la aparición de la fotografía, el público no ha perdido nunca el gusto por mirar la obra original, éste sin duda es un hecho histórico, sin embargo, la reproducción del arte se puede revelar como un útil aliado del original, que además de resolver problemas logísticos reales, como el riesgo que conlleva el transporte, permite el acercamiento que sería exactamente imposible, mejorando la lectura de la obra completa del pintor".

No es casualidad que este proyecto haya nacido en el seno del servicio de la televisión pública de Italia -más que de una iniciativa privada- como lo es la Rai, que coherente con su misión, se ha dado a la tarea de dar a conocer las obras maestras de los grandes artistas italianos a los jóvenes y en general al público que no es visitante frecuente de los museos.

Es válido enunciar de esta forma la frase expresada por Hans Georg Gadamer, hablando de la necesidad de una excepción cultural: "la cultura es el único bien de la humanidad que pertenece a todos, más que disminuirse -al ser compartido- se vuelve más grande".

Renato Parascandolo

Para mas información, visita el sitio de Una Muestra Imposible
Atte. DM

No hay comentarios:

Publicar un comentario