Aprendamos esas siglas. Grabémoslas en nuestra cabeza. Comencemos a buscarlas, a leer sobre ellas. TPP, el
Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica, es una de las razones poderosas por las que México suscribió ACTA. Como cuando necesitas pasar Matemáticas I para inscribir Matemáticas II, la firma del acuerdo se entiende como un requisito para avanzar en las negociaciones de TTP. Pero antes de proseguir, conozcamos un poco más sobre esta iniciativa -antes de que sea demasiado tarde-:
¿Qué es TPP?
El Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica es un tratado de libre comercio que involucra a varios países de la zona del Pacífico. Inició en 2005 con la firma entre cuatro países: Chile, Singapur, Brunei y Nueva Zelanda. En 2008, Estados Unidos, Australia, Perú y Vietnam se adhirieron a las negociaciones de TPP; en 2010, se sumó Malasia; y en junio de 2012, México y Canadá se unieron. Entre sus miembros potenciales se encuentran Corea del Sur, Japón, Filipinas y Taiwán. Al día de hoy, han existido trece rondas de negociación. La primera se celebró en Melbourne, Australia, en marzo de 2010; mientras que la última tuvo lugar hace unos días (2 - 10 de julio) en San Diego, California, en Estados Unidos.
TPP ha sido definido como un NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) “en esteroides”. La primera controversia, al igual que con ACTA, es la forma en que ha sido negociado. De nuevo, el acuerdo se ha discutido de manera secreta, sin posibilidad de acceso al análisis público, salvo por algunos fragmentos de los borradores que se han ido filtrando. TPP ha sido negociado en la total opacidad. Es más, las naciones que lo conforman han acordado no revelar el documento final durante los cuatro años subsecuentes al término de las negociaciones, sea aprobado o no. Por ejemplo, en Estados Unidos, las peticiones del Senado para mirar los borradores de los negociadores han sido rechazadas.
¿Qué propone TPP?
TPP privilegia los intereses de compañías transnacionales, al grado de permitirles intervenir en la redacción de leyes para adecuarlas a modo para la protección del copyright. El acuerdo fue redactado con la venia de 600 representantes de empresas multinacionales. Algunos puntos del acuerdo incluyen:
- Otorgar incentivos legales para que los ISPs cooperen con los titulares de copyright para disuadir el almacenamiento o la transmisión de material protegido.
- Identificar a usuarios de Internet por IP, con la facultad de “apagar” sitios web que violen el copyright.
- Permitir que los demandantes perciban una compensación por violaciones del copyright aún si se determina que no existió daño.
- Penalizar la violación de copyright de manera comercial o no comercial.
- Imponer un mecanismo legal de vigilancia bajo sospecha, aún cuando no existan antecedentes de violación al copyright.
- Crear nuevas normas de patentes que permitan proteger con copyright cosas como procedimientos quirúrgicos o medicinas creadas por procesos biológicos -como vacunas, por ejemplo-.
En Estados Unidos se filtró un borrador con la posición de dicho país respecto a TPP, lo cual ha desatado el rechazo público y las protestas. Este documento señala que TPP daría una autoridad política y protección legal sin precedentes a las transnacionales. En EE.UU. está preocupados porque las empresas extranjeras recibirían más privilegios que las locales; se darían incentivos económicos a las empresas nacionales que muevan inversiones y trabajos a países en desarrollo; y crea un mecanismo legal paralelo que permitiría a las compañías demandar al gobierno en tribunales extranjeros, bajo el concepto de “utilidades perdidas” por culpa de la legislación vigente.
México en el TPP y la relación con ACTA
En enero de 2012, durante su visita a Davos, el presidente Felipe Calderón señaló su deseo de que México suscribiera el TPP, a pesar de que a finales de 2010, el gobierno federal mencionó que no estaba interesado en ingresar. En abril, en una reunión con Estados Unidos y Canadá, el mandatario mexicano reiteró su apoyo a ACTA y su intención de ser incluido en las negociaciones de TPP. Su anhelo se cumplió cuando la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR) extendió la invitación a México para integrarse a la discusión.
¿Qué tiene que ver con ACTA? Como señalara el abogado Luis Fernando García, el rechazo a ACTA dejaba al acuerdo herido, pero no muerto. Tanto el Senado como el Congreso habían expuesto su negativa a través de un punto de acuerdo. Palabras más, palabras menos, se trata de una recomendación al Ejecutivo para retirarse de las negociaciones, aunque carece de carácter vinculante.
En una democracia funcional, lo correcto es que el gobierno federal habría acatado la orden (amparada por meses y meses de discusión de un grupo de trabajo plural, integrado por especialistas, ciudadanos y empresas). Pero Calderón nunca se declaró en contra de ACTA; por más que México estuvo ausente en la firma de octubre de 2011, la posibilidad quedaba latente. García predijo que Calderón podría esperar a que pasaran las elecciones para suscribir el acuerdo, ya con poco (o nada) que perder. Para eso, la presión debía continuar -como ocurrió en Europa, hasta que se hizo un rechazo frontal-, algo que no pasó:
"Es necesario presionar al presidente Felipe Calderón para que no firme, o al menos para que clarifique si va a firmar o no. No nos vayamos a despertar un día de aquí al 1 de Diciembre de 2012 con la sorpresa de que Calderón nos regaló, como último acto de indecencia (como presidente), su firma en ACTA".
En ese contexto, el TPP juega un papel fundamental. Este tratado especifica que, en los países donde se aplique, se requiere de hacer adaptaciones a la legislación vigente para estar a tono con los puntos del acuerdo. ¿Es ACTA uno de los requisitos para avanzar en las negociaciones de TPP? Muy probable. La coyuntura estaba dada: con el rechazo de Europa al acuerdo, países como Suiza y México recibían presión extra para emitir un posicionamiento (a favor o en contra, el que fuera). Al TPP le conviene la entrada de México, pues serviría como un gancho para cerrar a otros países interesados, en especial a Filipinas. ACTA garantiza, en cierto modo, que la legislación se modifique a modo para que la inclusión de TPP sea más sencilla. Que la USTR haya condicionado la firma de ACTA no suena descabellado.
Para entrar en ACTA, falta la aprobación que dé el Senado. En este momento, se encuentra en comisión permanente, así que serán los nuevos legisladores quienes voten al respecto. Queda el antecedente del Grupo de Trabajo, pero nuevamente, hablamos de recomendaciones, no de obligaciones. En ellos quedará decidir si todo ese trabajo se va a la basura (como hizo Calderón al firmar) o si se usa para detener ACTA.
Finalmente, mi recomendación principal es informarse. Este artículo es sólo un sumario para mostrar un panorama, pero hay mucho más allá afuera. Ahora, el trabajo debe enfocarse en presionar que el Senado frene ACTA y exigir al gobierno federal que exista transparencia en las negociaciones de estos acuerdos. Es un tema de libertades, no hay más. TPP. Grabémonos esas tres letras.
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