lunes, 27 de agosto de 2012

México 68











Me encontré este interesante artículo de Duck Pedraza que quiero compartir con ustedes, un documento que nos cuenta detalladamente el contexto, situaciones, decisiones y consecuencias al implementar la estrategia más reconocida en el mundo, que México ha realizado en el diseño gráfico. Aclaro que el presente relata desde un punto de vista personal lo ocurrido en aquel evento que indudablemente marcó el inicio de una era en la gráfica contemporánea de nuestro país.

Las olimpiadas son uno de los eventos más grandes que existen a nivel mundial. Es un evento en donde las diferencias entre los distintos países se ponen de lado, y dan paso a una armoniosa convivencia, en donde se busca por medio del deporte y la competencia fortalecer los lazos exitentes entre los diversos países, y este año no ha sido la excepción. Una de las razones más importantes del gran éxito que han tenido las olimpiadas es debido al gran esfuerzo que se pone en lo que a imagen se refiere, viendo grandes demostraciones de diseño por cada uno de los países que son anfitriones de estos juegos, algunos llegando a ser sumamente representativas, como fue el caso de México en el año de 1968. Dentro de este artículo veremos el esfuerzo que se hizo para poder lograr todo el sistema visual del 68, algunas de las circunstancias sociales que rodearon al evento, y el impacto que logró tener hasta llegar a ser un gran referente a nivel mundial en lo que se refiere a diseño.









Todo comenzó una bella tarde del 63…

El año era 1963, la Asamblea del Comité Olímpico Internacional se había reunido para elegir entre cuatro posibles sedes para los juegos olímpicos que habrían de celebrarse en 1968, los candidatos: la ciudad de Lyon en Francia, Detroit en Estados Unidos, Buenos Aires en Argentina, y por último la Ciudad de México. En un principio, parecía que México era el lugar menos indicado para celebrar un evento de esta magnitud, ya que era considerado como un país tercermundista que no tenía la capacidad para manejar la responsabilidad que ser el país anfitrión de las olimpiadas conllevaba, además de que la altitud a la que estaba la ciudad (2240m sobre el nivel del mar) podía ocasionar problemas para los atletas.

Para despejar esa mala impresión que había sobre México, y dando un golpe preventivo contra ello, el Departamente del Distrito Federal escribió un libro traducido al francés, inglés y castellano, titulado “México Demande-Requests-Solicita”, en donde en adición a responder al cuestionario obligatorio, dieron una semblanza de México, en donde exponían cómo era un país lleno de tradición y cultura, estudios sobre los efectos de la altura sobre el cuerpo de los atletas, un listado de eventos deportivos hechos con anterioridad, un informe sobre las instalaciones que tenía México, cuáles debía construir, y diversos estudios sobre el clima. Todo este esfuerzo finalmente redituó, ya que México fue elegido como la sede olímpica para el año 1968.

Rumbo al 68…
La primera batalla había sido ganada, México logró ser la sede para 1968, pero aún faltaba mucho por hacer. Desde el principio, la prensa internacional criticó y trató de hundir a México por medio de mucha cobertura negativa. Por un lado, retomaban el problema de la altitud, diciendo que la vida de los atletas podría peligrar, y en el mejor de los casos, el performance de los atletas iba a ser muy bajo, y que ningún récord iba a ser roto. Por otro lado, teníamos el problema de la infraestructura y fama de México como país tercermundista, por lo que se llegó a pedir incluso que le quitaran a México los juegos olímpicos.




















De estos dos problemas, el problema de la altitud de México y su efecto sobre la salud de los atletas fue de relativa fácil resolución, ya que hubo una gran cantidad de estudios médicos que contradecían el mito del peligro de la altitud sobre los atletas. El segundo problema, por otro lado, era mucho más complejo, ya que era un problema de imagen en donde México como país no era tomado con la seriedad necesaria, y para este problema fue necesario recurrir a grandes esfuerzos para probar que la prensa internacional estaba errada al opinar mal de México.

Creando todo un sistema de imagen
Para cubrir el problema de imagen, se decidió invertir grandes esfuerzos en crear todo un programa de comunicación gráfica que no dejara duda que México había sido la elección correcta. Para ésto fue elegido en 1966 como Presidente del Comité Olímpico Organizador el Arquitecto Pedro Ramírez Vazquez, quién ya en ese entonces era reconocido por grandes obras arquitectónicas que había realizado, estando entre ellas el Museo Nacional de Antropología y el Estadio Azteca.

El reto era mostrar a México como un país moderno, lleno de tradición y cultura, resaltando sus puntos fuertes y convenciendo a todos de la capacidad que teníamos como mexicanos. Para lograr esto se atacó el problema por varios frentes.












Primero en la parte arquitectónica y de diseño urbano. Como México no contaba con recursos para construir de cero todas las instalaciones olímpicas, se decidió tener los eventos en varias obras ya existentes y construir sólo lo que faltaba. Para que esto tuviera éxito, y debido a que no había una cercanía entre instalaciones, se decidió crear todo un sistema de señalización que conducía a los espectadores con facilidad a cada uno de los eventos, logrando tener no un estadio olímpico, sino toda una ciudad olímpica, ya que toda la ciudad era parte de las olimpiadas. Entre las obras más destacadas que se construyeron para las olimpiadas tenemos el Palacio de los Deportes, el Velódromo y la Villa Olímpica.

En segundo, pero no menos importante, tenemos la participación del diseño gráfico. Como comentamos, se crearon obras y un sistema de señalización complejo, pero para poder homologuizar todos los esfuerzos, fue necesario crear un sistema de comunicación visual completo, por lo que los signos visuales y las obras arquitectónicas debían complementarse.

Para la parte del diseño gráfico, Lance Wyman fue el encargado de liderear el proyecto, teniendo a su cargo un equipo de diseñadores tanto nacionales como extranjeros. Es importante considerar que en los años 60’s el diseño gráfico era todavía considerado como un lujo, por lo que en México no había educación formal al respecto, lo que quiere decir que no había carrera de diseño gráfico.





















Dentro del ámbito del diseño gráfico, entre los objetos de diseño que se crearon, tenemos la imagen de las olimpiadas, todo un sistema de señalización, posters y demás material complementario para el evento. Como comentamos anteriormente, se buscaba reflejar la riqueza de la cultura de México en todo el sistema de comunicación, por lo que decidieron hacer varios cambios que contrastaban con lo presentado en anteriores olimpiadas.

En las olimpiadas de Tokio, la señalización estaba basada en figuras humanas que representaban a los atletas realizando los deportes de un modo estilizado, teniendo una paleta en escala de grises. En México se decidió tomar un camino radicalmente distinto.















Tomando como base la idea de Pedro Ramírez Vázquez, para concebir el logotipo se contrapusieron los cinco aros olímpicos y el año de los juegos. Basándose en el logotipo y en motivos huicholes, fue desarrollado el célebre cartel de los juegos olímpicos. Asimismo, este emblema sirvió como base para el alfabeto visual que fue usado durante todas las olimpiadas.




















Una de las ideas principales que Wyman usó para el desarrollo de la imagen gráfica, fue reflejar la riqueza de la cultura Mexicana en vez de usar elementos gráficos que estuvieran de moda, y para esto se hizo un estudio exhaustivo de elementos prehispánicos y del arte popular mexicano. El resultado fue una combinación de motivos huicholes con tendencias hacia el op art, como podemos ver por la repetición de líneas múltiples que forman patrones, complementándolo con el empleo de colores brillantes, los cuáles Wyman consideraba característicos de la cultura Mexicana. Con esto, la imagen lograda por los mexicanos contrastaba fuertemente con lo presentado en Tokio en el 64, logrando un sistema de comunicación que iba más allá de medios impresos y señalamientos, viendose reflejado también en vestimentas y en el diseño urbano. Todo pintaba bien para México…

El fatídico 68
Finalmente, después de mucha planeación y esfuerzo, llegó el año de las olimpiadas. México tenía todo listo, pero tristemente las cosas fueron más complejas de lo que se esperaba.

1968 fue un año tumultuoso, lleno de cambios políticos y sociales alrededor del mundo, sin ser México la excepción. Lo que empezó como un incidente entre los estudiantes de la Vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochotenera, fue escalando hasta llegar a ser el famoso movimiento del 68. Lo que comenzó siendo una rencilla entre estas dos escuelas, terminó en la irrupción de granaderos y policías en las instalaciones de dicha vocacional, violando la soberanía de esta institución.
Días después, varias instituciones educativas entran en paro de labores, y a su vez el cuerpo de granaderos y el ejército irrumpen en varias instalaciones, lo que ocasiona una serie de movimientos y marchas por parte de estudiantes,  profesores, intelectuales y el público en general. Este movimiento fue escalando cada vez más, lo que amenazaba con afectar a los juegos olímpicos que cada vez estaban más cerca. La imagen creada para las olimpiadas es retomada y apropiada por lo manifestantes, convirtiendo lo que era un símbolo de avance para México en un modo de manifestar el descontento que había con la situación que se vivía, como podemos ver en la contraposición de imágenes que hay abajo. Y eventualmente, llega el 2 de octubre, 10 días para las olimpiadas…



















El 2 de octubre fue un día negro en la historia de México, ya que el gobierno, afectado por la presión internacional y decidido a no dejar que nada interfiera con las olimpiadas, ordena la matanza en Tlatelolco. La frase “2 de octubre no se olvida” sigue siendo ampliamente reconocida hasta el día de hoy. Las manifestaciones se detienen y las olimpiadas empiezan sin más contratiempos.

Como conclusión
El esfuerzo realizado para la imagen de las olimpiadas en México realmente rindió frutos, ya que hasta el día de hoy se reconoce como un gran referente en lo que diseño se refiere, y sirvió como antecedente para que a la carrera de diseño gráfico se le diera importancia y empezara a ser impartida en México. Aún considerando los problemas políticos y sociales que hubo ese año, las olimpiadas fueron un éxito, ya que no sólo se desmintió el mito sobre la salud de los atletas afectada por la altitud de la ciudad de México (se rompieron ese año 22 récords mundiales y por primera vez se corrieron los 100m en menos de 10 segundos), si no que se mostró que México era capaz de innovar y aprovechar los rasgos culturales que nos caracterizan para hacer de los juegos olímpicos una experiencia inclusiva y festiva en donde se mostraba una gran imagen que cubría a toda la ciudad.

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Atte. DM

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